jueves, 8 de mayo de 2008

CORTOMETRAJE: La leyenda del espantapájaros

Anoche volví a ver "Dioses y monstruos" (1998) de Bill Condon, una fantástica película sobre los últimos días de vida del director de cine James Whale (1889-1957), o más bien una ficción sobre aquellos días. James Whale ha pasado a la historia como el director/creador de "Frankenstein" (1931), aunque ha hecho muchas otras películas memorables como son "Magnolia" (1936), "La máscara de hierro" (1939), "La novia de Frankenstein" (1935) o "El hombre invisible" (1933) entre otras. Esta película del Bill Condon la recomiendo encarecidamente a todos. Está cargada de sensibilidad, inteligencia y está sustentada en los fantásticos trabajos interpretativos de Ian Mckellen, Brendan Fraser y Lynn Redgrave.
Es por este hecho que hoy quiero hablar del corto de animación "La leyenda del espantapájaros" (2005) de Marco Besas que, dentro de un marco castellano, hace un claro homenaje a la famosa escena del molino de "Frankenstein", además de empaparse del ambiente gótico/tétrico de los films de aquella época que tanto juego ha dado desde entonces al cine de terror. Este corto de animación por ordenador es la historia de un espantapájaros que se siente solo, una bonita historia narrada a modo de fábula por la vigorosa voz del actor Sancho Gracia. Esta película ha sido merecedora de varios premios en festivales internacionales (Fantasporto, Cleveland, L.A. Shorts y Leeds) y también fue nominada al Goya al mejor cortometraje de animación.

viernes, 2 de mayo de 2008

Liberté, égalité, fraternité

Liberté, égalité, fraternité (Libertad, igualdad, fraternidad en francés) fue el lema de la Revolución Francesa, que significó el punto de cambio entre la Edad Moderna y el momento histórico en el que actualmente vivimos, la Edad Contemporánea. Estas tres palabras aparecen citadas en las dos últimas constituciones francesas, la de 1946 y la actual de 1958, es decir desde el fin de la II Guerra Mundial hasta nuestros días. En ambos casos figuran en el título primero - De la soberanía, artículo 2. Este es un lema que todos conocemos y que los francesas llevan, o se supone, grabado a fuego en su corazón.

Hoy se ha sabido que un ciudadano francés, Frédéric Minvielle de 37 años, ha perdido su nacionalidad por casarse con un hombre en Holanda. Minvielle fue destituido de su nacionalidad gala a finales de 2007, porque Francia no reconoce el matrimonio homosexual y considera que el convenio que rige la doble nacionalidad para las parejas casadas no puede aplicarse a los matrimonios gay. El Consulado francés en Amsterdam se lo comunicó por correo que "por decisión del Ministerio de Justicia" ya no era francés y le pidió que devolviera su pasaporte y carné de identidad, lo que este hombre se ha negado a hacer como es lógico ya que Francia no es sólo su país, son sus raíces y su familia.

La homosexualidad no es un tema de izquierdas o de derechas, es un asunto de derechos fundamentales. Es por ello que en cuanto esta noticia se ha hecho pública, Minvielle no sólo ha recibido el apoyo de numerosas asociaciones de derechos humanos y de derechos homosexuales, si no también de políticos y medios de comunicación de todas las tendencias políticas. Se trata de una decisión "indignante, violenta y discriminatoria", ha afirmado hoy la diputada socialista Aurélie Filipetti. El consejero regional conservador Jean-Luc Romero se ha declarado "escandalizado por esta discriminación". Es más, Romero que ocupó en el pasado un alto cargo en el partido conservador del presidente francés (UMP), ha pedido "solemnemente" al Ejecutivo de Sarkozy que restituya a Minvielle su nacionalidad gala y asegure "por fin la igualdad de derechos entre homosexuales y heterosexuales".

Es por ello que mencionaba antes el lema francés “Liberté, égalité, fraternité” por que esta gran injusticia cometida contra este hombre va en contra de la Libertad de pensamiento y orientación sexual, rompe con la Igualdad de los ciudadanos ante la ley y no es propio de la Fraternidad que debe imperar entre conciudadanos.

A juicio de Minvielle, "el problema se va a plantear con creciente frecuencia ya que cuatro países vecinos de Francia han instituido el matrimonio entre personas del mismo sexo: España, Gran Bretaña, Bélgica y Holanda". Una Constitución Comunitaria para todos los europeos que recogiera todos nuestros derechos fundamentales ayudaría mucho a evitar estas incongruencias. España dijo “Sí” en referéndum a una Constitución Europea, lástima que otros países no siguieran nuestro ejemplo.