lunes, 28 de mayo de 2007

La playa nudista

Llega el veranito y las horas y horas postrados bajo el rey sol. ¿Placer o estética? ¿Culto al cuerpo o amor propio? Todos buscamos ese morenito ideal, perder ese color blanco enfermizo ganado en el invierno. No todos nos podemos permitir un solarium, además no es nada recomendable si queremos estar sanos y aparentar nuestra edad en vez de un par de décadas más. ¿Y esas molestas marcas del bañador? ... El nudismo es toda una solución ¿o quizás una búsqueda del contacto puro con el entorno, con la naturaleza?
¿Nudismo por placer o víctimas nuevamente de la moda? Desprenderse de las ataduras que atan nuestro cuerpo es siempre un placer ...

En una playa nudista podemos distinguir a ciertos tipos de personas muy definidos:
Está el Solitario que descansa al sol mientras su melanina trabaja a pleno rendimiento, este puede tener una subcategoría extrema, el “Mancha solar” o Yonki del sol. El Bañista, que busca sobretodo disfrutar del frescor marino. El Lector, que evade su mente del entorno, mientras su cuerpo lo disfruta y aprovecha sus beneficios. Tanto el Bañista como el Lector son más bien escasos en el caso de las playas nudistas, los que más abundas son los siguientes: El Paseante, que disfruta de la brisa marina mientras pasea por la pasarela que es la orilla ... Mirar, y ser mirados (muy importante esto último). El Mirón, ese que se pasea allá en lo alto de las dunas como satélite espía ... Mirar sin ser visto. Y el Buitre, con un ecosistema similar al del Mirón, aunque este aparte de disfrutar de las vistas busca aparearse con sus congéneres o si hay suerte pillar carne fresca ... Estos círculos abiertos que dibujan los buitres entre los arbustos y las cañas, allá en las alturas de las dunas, me resultan familiares ... ¿A qué me recuerdan? Me recuerdan a un extraño baile, silencioso, como de esos muertos vivientes que vemos en las películas, sin rumbo pero con una idea fija en la cabeza, comer. Me recuerdan también a esos juegos de ordenador, o de la consola, donde los múltiples enemigos tienen una ruta prefijada en el entorno del juego en un bucle sin fin, sin fin hasta que divisan al héroe de turno ... Qué rápido dejan ese bucle y se abalanzan, ¿a que sí? Aunque nada de esto tiene peligro, el héroe será comido siempre que quiera serlo, eso está claro. Bien que puede éste seguir camino, eso sí, pasando aduana ... Que los escáners de la Guardia Civil pasan de cabeza a los pies. También están las parejitas y los grupitos de amigos, que pueden ser entes aislados, extraños a esta ecosistema o sencillamente sumas de los individuos anteriormente descritos. Un mismo individuo puede pasar a ser varias o todas estas personas, dependiendo del momento. Resulta todo tan artificioso, tan ... tan ... víctimas del culto al cuerpo.

La vida se me antoja a mí una playa nudista. Llegamos y nos mostramos tal como somos, con la naturalidad que nos es innata. Pero el tiempo nos hará cuestionarnos si merece la pena ser nudista. Desprendernos de nuestros subterfugios es darnos al mundo tal cual somos, pero hay quien nunca se quita el bañador. O quien sólo ve en nosotros aquel pequeño/s defecto/s, que bien que lo hacen ellos enorme, sin pararse a ver más en el interior ... La crítica maliciosa, esa pretendida gracia que tan poca gracia hace al objeto de esta. Los baches de la vida, los desengaños de las aguas llenas de medusas, las quemaduras de las insolaciones intensas de una relación fogosa pero de poca mecha, los cortes en los pies al intentar entrar en el mar descalzo por una orilla pretendidamente rocosa que aunque dolorosa cruzamos con la esperanza de encontrar ese ansiado banco de arena ... Ante tanta dificultad, quién es el valiente que soporta el envite de las olas y no opta por ir contranatura y refugiarse tras un bañador. ¿Hoy en día merece la pena ser nudista?

1 comentario:

Anónimo dijo...

pueden poner la playa nudista en video la peli? es para exitar y quisas me agregen : pixu_paula@hotmail.com y ambos nos mostramos chau saludos (L)