lunes, 28 de abril de 2008

Fecha de caducidad

Empiezo a pensar que la soledad es sólo un estado de ánimo, que no tiene nada que ver con el sentido físico de estar sólo. Este mes de abril ha sido un mes muy extraño, un mes en el que salvo por cuestiones laborables no he salido a la calle. Y no porque no haya podido, si no porque simplemente no he querido. Y no lo he echado de menos. Esa soledad que impuso en mi corazón las duras palabras de abandono de mi última relación, hace ya más de dos años de aquello, ha dejado su marca. Dicen que el tiempo lo cura todo ... Dicen que lo que no mata te hace más fuerte ... Curado y más fuerte, ¿pero estoy bien?

Los días pasan por mi vida y nada cambia. Las horas se suceden sin añadir nuevas experiencias. Los minutos parecen cigarrillos, uno tras otro y humo, sólo obtengo humo, lo que es igual a decir nada. Bueno sí, más viejo ... El hecho de que el asiento a mi lado permanezca siempre vacante ya es que lo busco. A cada pregunta de: “¿Está libre?” Yo siempre respondo: “Ocupado”. ¿Y me preocupo por ello? Hace tiempo que no, aunque sí me quita el sueño mi desánimo. La apatía y la desmotivación con la que me enfrento a cada nuevo amanecer ... Horas y horas perdidas de ... de ... ¿De qué? Llevo semanas donde mi actividad no pasa del comer y dormir. ¿Una etapa? ... Más que una etapa me parece una pausa para publicidad. Nada progresa en mi vida salvo mis patas de gallo.

Aunque curiosamente no me aburro, soy todo un maestro en esto de perder el tiempo. Cada día me parecen más cortos, y menos productivos ...

Necesitaba esta reflexión en voz alta, leer mi actual estado y gritarme a mí mismo el tan manido “Carpe diem”, es decir, “¡Espabila que caducas!”. O eso o necesitaba una excusa para poner el nuevo vídeo de Madonna en mi blog, jeje. Que la vida son sólo eso, 4 minutos ...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido Punto:

La desidia es un estado que nos carcome a todos tarde o temprano. Es lógico que te resistas a abandonar tu estado de soledad autoimpuesta, máxime cuando el panorama es tan desalentador como el de los tiempos que corren. La cuestión es que cuando hemos sido marcados por algunas malas experiencias, asumimos una posición de soledad que es dura, sí, pero también resulta bastante más cómoda, más estable y más segura que embarcarnos en relaciones que pueden hacernos daño, remover nuestros cimientos y no aportarnos absolutamente nada.

Te lo digo porque, como sabes, yo hace un año era de esas personas que disponían de fuerzas para intentar cosas, pero ahora, que parece que han transcurrido años luz, no estoy tan seguro de apostar tanto para no ganar nada.

Lo que no quiere decir que mi estado actual, o el tuyo, sea el más ideal.

Supongo que no hay que dejarse vencer y que hay que mirar hacia delante porque, como dicen, el que no arriesga no gana, y el primer paso para arriesgar algo es estar predispuesto a hacerlo. Nadie sabe lo que puede suceder, pero nunca lo sabremos de todos modos si nos negamos a mirar a los ojos a la vida.

Un beso y más suerte :)