jueves, 13 de marzo de 2008

El vals electoral, y tú no estás invitado

Ya terminó la vorágine electoral ... ¿De verdad? En realidad no, sólo el pueblo, los votantes han dado su opinión. Ahora la pelota está en el tejado de los políticos que como los oráculos de los antiguos dioses sacan sus propias conclusiones de ese ente divino que es el pueblo. Estas conclusiones darán lugar a ciertas decisiones, que a lo mejor no tienen nada que ver con lo que quiere el pueblo, que conociendo a la clase política será lo más seguro. En todo caso aún los resultados no son definitivos, están dando sus últimos coletazos según se revisan los votos venidos del extranjero. Si un diputado más, si un senador menos ... Vamos que algunos que consiguieron su asiento en el Congreso o el Senado el pasado domingo 9 de marzo han vivido o están viviendo un sueño robado. Pobrecitos ...


Ahora es tiempo de análisis y reflexión, y quizás el análisis más duro le ha tocado a un grupo como es el de Izquierda Unida. Siendo la tercera fuerza más votada ha perdido grupo parlamentario. Para los que no lo sepan, son grupo parlamentario según el reglamento del congreso las formaciones políticas con 15 diputados o bien 5 diputados, siempre y cuando se posea un 15% de los votos en las circunscripciones donde se haya presentado o un 5% de los votos en el conjunto de la nación. El resto se englobarían en el grupo mixto. El tener grupo propio acarrea una serie de beneficios, tanto políticos como económicos. Por lo que ateniéndonos a los resultados, pasamos de 7 grupos parlamentarios a 5, incluyendo el mixto.



Lleva mucho hablándose de la injusticia del actual sistema electoral, un artículo de opinión de El País afirma lo siguiente:


Cada escaño de CiU ha requerido el voto de unos de 70.000 electores. ¿Se sentirán los ciudadanos que han votado a este partido injustamente agraviados, viendo que el PSOE y el PP no han necesitado más que unos 66.000 votos para obtener cada escaño, o que al PNV los suyos le han salido por sólo 50.000?

Pues imagínese entonces lo que deben estar pensando los votantes del partido de Rosa Díez (UPD), cuyo escaño ha requerido más de 300.000 votos (¡lo mismo que los seis del PNV juntos!). No hablemos ya de Izquierda Unida, que con el voto de casi un millón de ciudadanos ha recibido dos míseros escaños, en vez de los 14 que le corresponderían si se hiciese un reparto equitativo.


Lo cual no es para nada la verdad. El actual sistema electoral para el Congreso se basa en la representación provincial, es decir, a cada provincia le corresponden un cierto número de diputados según su población siendo el total de 350 para todo el país. Este sistema por tanto requiere listas de candidatos para cada una de las provincias (circunscripciones electorales). A Córdoba por ejemplo le han correspondido 6 escaños en el Congreso, 4 para PSOE y 2 para PP, la tercera fuerza más votada fue IU pero no consigue asiento. En Girona también son 6 escaños los que estaban en juego, que han sido 3 para PSC-PSOE, 2 para CiU y 1 para EZQUERRA, el PP se quedó fuera siendo la cuarta fuerza más votada. El sistema al ser una representación provincial se centra en los más votados en cada provincia descartando el resto, es decir, los 33.912 votos de IU en Córdoba o los 40.327 votos del PP en Girona no valen nada, no se cuentan. Es por ello una falacia afirmar que CiU ha requerido 70.000 votos para conseguir cada uno de sus escaños frente a los 50.000 del PNV, así que por favor no "maquillemos" la información.


Este sistema ni es injusto ni antidemocrático, puede que no sea el más correcto, pero desde luego no implica que los votos de algunos ciudadanos valgan más que los de otros. Las reglas son igual para todos, aunque la concentración de votos en determinadas provincias, como pasa por ejemplo con los partidos nacionalistas, salen favorecidas en detrimento de los partidos de ámbito más nacional que aunque cuentan con un buen número de electores los tienen dispersos, como son IU o UPyD.


Este descarte de votos de los partidos minoritarios en cada provincia se solucionarían con un sistema electoral con listas nacionales en vez de provinciales, en tal caso habría considerables cambios de escaños. Por ejemplo no habría habido ninguna mayoría absoluta en el Congreso en toda la historia de la democracia española, y en los resultados de las últimas: PSOE y PP perderían unos pocos escaños, IU sería la tercera fuerza política, seguida en este orden por CiU, UPyD, PNV, EZQUERRA, BNG, CC y CA. Este último, la Coalición Andalucista, conseguiría el escaño que tiene ahora NA-BAI. El descarte de votos en vez de ser por cada provincia sería en el ámbito nacional, pero en la práctica sería muy parecido ya que los partidos nacionales necesitarían igualmente de los nacionalistas para conseguir la mayoría y el Congreso dejaría de ser un órgano representativo provincial. Lo cual tampoco supone un gran cambio si tenemos en cuenta que el Senado es de por si la representación provincial y autonómica en el Estado Español, algo que se quiere potenciar aún más.


¿Qué sistema es mejor? Depende de para quién, el sistema actual beneficia a los dos grandes partidos y a algunas formaciones nacionalistas, mientras que el cambio beneficiaría a los pequeños partidos de ámbito nacional y a los nacionalistas de las comunidades autónomas más grandes (Andalucía y Cataluña). ¿Y el pueblo con cuál ganaría?

2 comentarios:

el otro amante dijo...

Al final cuando se conocen los resultados siempre se tiene la impresión -yo por lo menos- de haber votado mal. Esperemos que la "clase política" se comporte, no empiecen a tirarse los trastos y se avance en las libertades, que es lo auténticamente importante. Respecto al sistema electoral actual, a mí me parece injusto.

Puntoaparte dijo...

Hoy el diario El Mundo publica lo siguiente a este respecto:

"Izquierda Unida por fin coge el toro por los cuernos. La coalición de izquierdas ha presentado en un juzgado de guardia de Sevilla y en otro de Málaga dos denuncias contra la actual Ley Electoral al considerarla "injusta y anticonstitucional", por vulnerar "flagrantemente" la Constitución española y el derecho de igualdad.

Las denuncias forman parte de una iniciativa que la coalición quiere llevar "al conjunto del Estado" y al resto de provincias de Andalucía", si bien las primeras demandas se han formulado ya en Sevilla y Málaga."