domingo, 1 de febrero de 2009

CORTOMETRAJE: Lavatory - Lovestory

Lavatory - Lovestory (Уборная история - любовная история) (2007) de Konstantin Bronzit es uno de los cortometrajes de animación nominados en la presente edición de los Oscars 2009.

Konstantin Eduardovich Bronzit nació en 1965 en San Petersburgo (en aquel entonces conocida como Leningrado). Cuenta con una sólida formación, graduado en el Instituto de Bellas Artes de San Petersburgo y en la Academia V. Mukhina de Bellas Artes e Industriales de Leningrado además de un Curso Superior de Escritura de Guiones y Dirección en Moscú. Ya en esta etapa de estudiante empezó a realizar sus primeros cortos y a trabajar en distintos estudios de animación.

Trabajó en el estudio Lennauchfilm (Studio of Popular Science Films) (1988), en el estudio de animación moscovita Pilot (1993-1995), en el estudio Positiv TV (1996-1999) y desde 1999 en Melnitsa Animation Studio. Mención aparte merece el hecho de que entre 1988-1994, dibujó tiras cómicas para periódicos y revistas, con las que consiguió ocupar el primer lugar en algunos concursos internacionales de su categoría.

En todos estos años trabajando desarrollo varios trabajos como guionista, director y/o animador, destacando: Director/Animador de Au bout du monde (1999), cortometraje que contó con una ambiciosa distribución mundial y que recogió cerca de 70 premios, Director artístico de los proyectos Adventures in Emerald City (1999-2000) y Little Longnose (2003) y en 2004 se dirigió su primer largometraje de animación, y único hasta la fecha, Alosha. Doble mérito tiene este proyecto ya que Bronzit tuvo muy poco tiempo para su desarrollo y realización, tan sólo un año. Esto le obligó a escribir el guión al mismo tiempo que la película se iba animando. La película fue un éxito en Rusia, lo que dio lugar a otras dos películas en la misma línea, aunque de directores diferentes.

Lavatory - Lovestory (2007) llega a los Oscars tras las buenas críticas y un par de menciones en el 12º Festival Abierto de Cine de Animación de Rusia.

Este cortometraje ruso se sirve de meros trazos sobre el papel para plasmar perfectamente la soledad y esa necesidad de todo ser humano de calor y afecto, algo que ansiamos y perseguimos toda nuestra vida con ahínco. Y como suele ocurrir en la vida real, el amor está dónde uno menos lo espera y más cerca de lo que pensamo. Bronzit continua navegando por las aguas de lo cotidiano ...

Una tierna historia para corazones solitarios …



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