domingo, 4 de noviembre de 2007

De naranjas, cerraduras y amores

La fábula de la media naranja es pura cultura popular, todos la conocen y entienden perfectamente su significado ... Es más, muchos sostienen que es cierta. Pero, ¿por qué una naranja? ...

Una naranja es un todo, aunque me resulta difícil pensar en dos mitades que han sido cortadas y que después se han vuelto a unir ... ¿Qué le hace permanecer después unidas? Una naranja cortada lo es ya para siempre, unirlas de nuevo para formar un todo se me antoja cosa de magia. ¿Es limpio ese corte? Más difícil aún ... ¿Cómo se sabe que encajan a la perfección? ¿Y quién te dice que no hay más medias naranjas que encajan con tu mitad?

Me gusta más la idea de cerraduras y de llaves, no sólo por el hecho de que hay una única llave para cada cerradura si no por las connotaciones sexuales que trae consigo. Me resulta una fábula más simpática.

Durante mucho tiempo he pensado que soy una llave que se debe a la búsqueda de su cerradura, he creído incluso encontrarla. Durante un tiempo abría sin problemas, pero el tiempo terminó por escupirme la verdad a la cara. Nunca abrí esa cerradura, simplemente estaba oxidada o quizás algo forzada y por eso me resultó accesible en ese momento, un breve momento. Pero no, no era "la cerradura". Tantos ensayos, tantos ensayos han sido como después errores, y nada.

El tiempo me ha hecho cambiar, o quizás siempre fui así y no lo quise ver. Puede que yo no sea llave, que nunca lo fuera, y que sea una compleja y exótica cerradura. Es posible que en mi ansia de buscar no caí en que quizás todo consistía en simplemente esperar, en esperar la combinación de muescas exactas que accionaran todo mi engranaje. La obsesión es algo que puede llegar a cegar, al igual que el idolatrar a falsos dioses y nosotros como meros creyentes, sumisos, nos negamos a ver lo que resulta más que evidente. Esa obsesión, esa creencia, si hablamos de amor se puede tildar de absurda estupidez ...

Ahora me siento perdido, siento que he perdido toda mi identidad ... ¿Llave o cerradura? ¿Buscar o esperar? Una confusión que aunque pueda parecer tonta no lo es tanto ... No pequemos de simples y veamos más allá, mantengamos la mente en movimiento. Pero lo cierto es que resulta complicado encontrar a alguien cuando lo que realmente quieres es que te encuentren. Y difícil lo tienen ... Hay quienes lo han intentado ... Pero, ¿realmente han tenido alguna oportunidad? ¿Se las he dado? Quizás no necesite una cerradura, ni tampoco una llave ... Quizás necesite un cerrajero que fuerce todo el mecanismo y de un nuevo giro a todo.

1 comentario:

el otro amante dijo...

Creo que la tuya es una visión compartida por muchos. Es siempre complicado encontrar, ya sea una llave o una cerradura. El ritmo actual impide centrarse y, sobre todo, hablar, expresar opiniones, compartir inquietudes, etc. Las relaciones "fulgurantes" suelen durar poco, quizás sean más el reflejo de nuestra propia necesidad, como Narciso que se enamora de su propia imagen. A todos nos gustaría ser encontrados, es más placentero aunque mucho más difícil, el signo de los tiempos no acompaña.