viernes, 14 de marzo de 2008

Curso de promoción cinematográfica (I): El Gabinete de Prensa.

Hace un par de días se presentaba en Madrid el inicio de rodaje del nuevo largometraje de Alejandro Amenábar “Ágora”, todo un acontecimiento al que la prensa acudió en tropel. Este es sin duda el proyecto más ambicioso de la carrera de este joven, aunque consagrado director. Un film histórico ambientado en el Egipto de hace 1600 años que ha requerido de un abultado presupuesto. Un presupuesto que necesitaba de mayores bazas de cara a la taquilla internacional que el propio Amenábar: Se rueda en inglés, su segundo trabajo en este idioma tras la exitosa “Los Otros”, y con una estrella internacional como cabeza de cartel, la actriz inglesa Rachel Weitz. Esta actriz, aunque ganó el oscar en 2006 por “El jardinero fiel” y cuenta con una más que sólida carrera como intérprete, es más conocida por el público de a pie por ser la protagonista de las dos taquilleras entregas de “La momia”. ¿El estreno? ... Previsto para 2009.


El caso de Alejandro Amenábar es muy especial, después de todo desde sus inicios ha contado con el respaldo de la crítica, prestigiosos premios nacionales e internacionales, pero sobretodo del público. No ha parado de crecer como director, y tampoco la taquilla y la proyección internacional de sus trabajos. Aparte de sus obras, lo que más admiro de este autor es su afán de superación, muy poco habitual, con proyectos cada vez más complejos y arriesgados. Algo digno de alabar en alguien que podía haberse acomodado en terrenos conocidos. Ese éxito sin pausa ha generado alguna que otra envidia en la profesión y la prensa especializada, alguna afirmación del tipo “ya le va tocando un batacazo” he podido oír con respecto a este ambiciosísimo último proyecto. Por mi parte le deseo lo mejor, y por muchos años.


Pues bien, a lo que voy, la presentación de este rodaje me ha hecho reflexionar sobre el cine español y su promoción. Reflexiones que me han llevado a redactar una serie de textos que pretenciosamente he denominado curso de promoción cinematográfica. No es lo que generalmente llamamos curso ni mucho menos, pero si son conceptos e ideas dignas de estudio y desarrollo, que bien deberían seguir todos los que aspiren a que su trabajo sea visto por el gran público. Seguro que hay muchas cosas que se me escapan, pero ya pensar en ello es un gran paso. Las multinacionales norteamericanas llegan incluso a duplicar la inversión en una película, mitad en hacer la película, mitad en venderla. Muchos productores nacionales falsamente han calificado esto como competencia desleal. Hay aspectos de competencia desleal en las multinacionales, pero no es este el caso. Es dinero, sólo eso: Poderoso caballero es Don Dinero. El dinero es importante, aunque no lo es todo, hay acciones de promoción más allá de las carísimas inserciones publicitarias en televisión, más efectivas y mucho más económicas.


El caso de Amenábar no es extrapolable al resto de los mortales, eso está claro, aunque hay autores muy muy buenos en nuestra cinematografía, la categoría de “grandes de España, y allende los mares” sólo la comparte, o quizás incluso está un peldaño por debajo del otro grandioso autor y aún mayor icono mediático, Almodóvar. Lo dicho, salvadas las distancias con estos autores, me centro en la casi inexistente promoción de la cinematografía española. Es cierto que cada vez cobra más importancia en la industria española, el cine es arte pero también es industria. Muchas familias comen de él, desde el que concibe la idea de la película hasta el que vende las palomitas y el refresco en las salas. Este último año ha sido un varapalo para la cinematografía nacional con ese importante bajón de espectadores, aunque también ha sido el año de grandes títulos “cañís” que han logrado colarse entre las más taquilleras como son por ejemplo “El orfanato” o “REC”. Ambas no sólo comparten ser cine de género, comparten el tener una profesional planificación de su campaña de promoción. El futuro de nuestro cine no sólo está en la diversificación de temas, también tiene mucho que ver con abordar este arte como un negocio, tanto interés en hacer el producto como en venderlo. Una cinematografía que genera a partes iguales taquillazos como películas minoritarias es una industria saneada, ambas concepciones se nutren del éxito de la otra.


El hecho de hacer una rueda de prensa como presentación del rodaje ya es un trabajo de promoción, se va dando material a los medios de comunicación para que hablen de nuestro proyecto. Una acción propia de un Gabinete de Prensa que se engloba dentro de la gran estrategia de marketing: Generar expectativas en el gran público, esa es la idea, o hablando en términos de mercado, crear en el target las ganas por consumir nuestro producto. Estas acciones de presentación van siendo más o menos habituales en nuestro cine, junto con las ya consabidas ruedas de prensa en los estrenos. Lo que ya no es tan habitual es que estos gabinetes de prensa, sean tales, es decir, que vayan más allá de las ruedas de prensa y de la entrega de afiches (carpetilla informativa sobre el film) y productos de mercadotecnia (carpetas, postales, tazas, bolígrafos ...) para los periodistas. Un buen Gabinete de Prensa debe surtir de material a los medios de comunicación continuamente, durante todo el proceso, ya sean noticias, fotos, entrevistas, invitación de periodistas al rodaje, ventas en el extranjero, selecciones en tal o cual festival ... o incluso rumores falsos. Lo importante, que los medios de comunicación hablen, y que hablen mucho. Los periodístas siempre están ávidos de información, que les facilitemos dicha información o incluso se la proporcionemos es ya un punto a nuestro favor para que finalmente sea publicada. En definitiva, publicidad con coste cero.


En España este proceso es muy olvidado durante el rodaje, esos tres meses de media que dura son desaprovechados, una promoción en rodaje bien planificada resulta muy económica ya que tienes todos los materiales ahí para mostrarlos. Hay excepciones, pero los gabinetes de prensa o bien no se usan o no se saben usar en España.

2 comentarios:

el otro amante dijo...

Me apunto a tu curso de promoción cinematográfica y aporto un par de ideas: El éxito de Amenabar es constatable y que algunos quieran que tenga algún que otro fracaso entra dentro de ese nefasto vicio de los españoles que se llama envidia. En mi opinión es un director que se está haciendo todavía y puede llegar a mucho más, prefiero "Mar adentro" a "Los otros", aunque ninguna de estas dos pelis me parecen "redondas". Respecto a la promoción, ya que el cine es industria y arte -como bien dices- me parece perfecto. No obstante, como se siga el modelo made in Usa, podemos encontrar productos con una gran promoción, un par de actores conocidos, una bso buena y que, al final tienen poca calidad, es solo resultado de una "buena cocina". Si estoy de acuerdo en que el cine español debería de promocionarse más.

Craso dijo...

Reconozco que el post me ha dolido. Más que nada porque trabajo en un medio de comunicación y tengo que sortear a diario el alud de pseudopublicidad camuflada como promoción. Asumo que el periodismo anda muy, pero que muy prostituido, pero mi vena romántica me anima a resistir ante el avance frenético del marketing salvaje. Regala algo a un periodista y será incapaz de criticarte. Y lo asumo yo, un ser al que las empresas le agasajan con bastantes regalitos.

Ayyyy. NO es una crítica a tu post, sino al sistema. Saluditos.