domingo, 31 de agosto de 2008

Los individuos primos

Se define como número primo o lineal todos aquellos números naturales, es decir todos los números superiores a 1, que son divisibles únicamente por sí mismo y por la unidad.

Al resto de los números naturales, los que son divisibles por más de dos divisores, se les conoce como números compuestos o rectangulares.


El 13, que sólo es divisible por 13 y por 1, es un número primo. El 4 es un número compuesto o rectangular, se puede dividir por 4, por 1 y también por 2. Y el número 1, que sólo tiene como divisor a sí mismo, se le conoce como número unitario.


El que es considerado el padre de la geometría, Euclides, ya demostró sobre el 300 a.C. que la cantidad de números primos existentes es infinita, aunque claro está es inferior a la cantidad de números rectangulares ...


Son quizás los números la mejor metáfora del vacío que siento ... Los seres humanos dentro de nuestra diversidad sólo somos unidades de un conjunto, números todos distintos pero que unidos formamos un todo. La inmensa mayoría somos simples y sencillos, de fácil adaptación al medio, de fácil integración con el resto de los números. Números, individuos, que bien podríamos considerar números compuestos o rectangulares. La mayoría de las personas gozan de una vida rectangular, planificada, sin aristas ni complicaciones ... Dentro del plan vital, de lo que se espera de nosotros. Lo que podría llamarse dentro de los parámetros “normales”.


Otros pocos podemos considerarnos números primos o lineales, y no me refiero por ser unos “primos” en la vida, sino por esa dificultad interna de integración con la mayoría dominante. Seríamos como pequeñas piezas de un inmenso puzzle sólo encajables con unas piezas concretas y no otras, es decir, tan especiales como los números que únicamente son divisibles por sí mismos y por uno.


No considero que haya nadie tan especial en el mundo, nadie tan unitario como el número 1 del conjunto de la humanidad, sólo divisible por sí mismo. Aunque si creo en un subconjunto de personas “especiales” dentro del conjunto de los números naturales, unos números primos. Estos primos se me antojan convulsos e intranquilos en su inestabilidad emocional cuando no encuentran su complementario, su pieza de apoyo, su punto de equilibrio. El número primo es un alma errante condenado a buscar su reflejo, una difícil tarea complicada más si cabe en estos tiempos que corren de sobre información y constantes bombardeos de cifras ...


Siempre he oído decir de los matemáticos que las matemáticas pueden explicarlo todo, dónde hasta el desordenado Caos tiene su fórmula. ¿Qué matemático me ayuda a encontrar la fórmula de mi errante vida, a encontrar el divisor que multiplique infinitamente mi ser?

1 comentario:

Migue dijo...

Números primos perdidos en un mar de número regulares, distintos, únicos, indivisibles, pero mejor ser un 7 que un 14 y es que los números primos, si se multiplican, consiguen grandes hazañas, consiguen guardar secretos indescifrables que los numeros regulares son incapaces de comprender y descifrar. Aprendí que la matemática no es del todo exacta, también comete errores, desde que supe que 1+1 podría ser 0 y llevarme 1 me di cuenta que de todo es posible mientras creamos que lo es, pues la matemática, abstracta como ninguna, es solo una materia llena de ideas demostrables e intangibles, y en esas ideas, casi mejor ser un número primo, indivisible que uno regular, común, vulgar, divisible por más de uno....