sábado, 16 de junio de 2007

La semilla

Todo escritor sabe que un relato, una novela, el guión de una película ... debe estar lleno de semillas, más o menos pequeñas. A modo de subtramas o a modo de reforzar la historia principal, estas semillas son en principio casuales, anecdóticas o incluso inconexas con la historia que queremos contar (muy probablemente sólo en apariencia en este último caso). Pero no son más que pequeños hilos sueltos, perdidos en el tejido de un bien urdido relato. El autor irá retomando estas hebras en el desarrollo de la historia según vayan haciendo falta, pudiendo convertirse estas al final en parte esencial de la vida de los personajes ... Otras veces el autor, planta semillas en el relato que después no germinan ... Bien sea porque no redondean la historia según el escritor o bien porque pretende sólo despistar al lector. Estos hilachos en vez de ser fallos o desechos del creador, son partes fundamentales en todo buen libreto, le añaden tridimensionalidad y realismo, lo hacen más interesante e imprevisible ya que se dejan multitud de puertas abiertas. Más aún si pensamos en semillas que sembradas en un primer libro, no brotan y florecen hasta un segundo o tercer tomo de una serie ...
Calderón llevaba toda la razón cuando decía que la vida es sueño, y tampoco le faltaba razón a Shakespeare cuando afirmaba por boca de su Romeo que somos juguetes de la fortuna ... El gran autor siempre está ahí, llámese como quiera que se llame: Dios, Alá, Jehová, Casualidad, Destino, Naturaleza ...Es gracioso ese monólogo gritado en su histrionismo por el diabólico Nicholson en Las brujas de Eastwick (1987) de George Miller. A los pies del púlpito de madera, ante los parroquianos de una idílica iglesia colonial holandesa en la costa este norteameriacana; el genial Jack decía “Todos nos equivocamos. Sólo que a nuestros errores los llaman maldad. Y a los errores de Dios lo llaman naturaleza”.
Pues bien, nuestras vidas están llenas de semillas, semillas que el gran escritor dará sentido, o no, en algún momento de nuestro recorrido vital ... Un día despertarás, y una de esas semillitas volverá, una de la que hacía muchísimo tiempo no rondaba por tu cabeza perdida ya en océanos de tiempo. Una semillita cambiará tu vida radicalmente, la marcará a fuego para el resto de tus días. Hay buenas y malas semillas ... ¿Por qué divagar pensando en el futuro? Disfruta el presente, planta todas las buenas semillas que te sean posibles, haz lo posible por que sean mayoría las buenas ... Que el gran creador hará brotar alguna tarde o temprano. La vida es caprichosa y las casualidades a veces son realmente sorprendentes ... Sonríe y sé feliz.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Madre mía :o

Tienes toda la razón del mundo (soy acólito tuyo, ya tienes uno).

Siempre pienso que la vida de cada persona es como una novela de varios tomos en los que cada detalle, cada elemento insustancial o poco trascendente en su momento, puede volver a aparecer en otro tomo y cobrar un sentido espectacular. La vida nos va moviendo por distintas sendas y nunca sabemos lo que encontraremos, lo que se nos puede venir encima. Y además, el pasado siempre vuelve, eso está clarísimo.

De igual manera hay elementos que fueron muy relevantes en su momento que reaparecen y ya no tienen la misma importancia.

Así es como funcionan los hilos que nos mueven. Y en eso reside el encanto de esto que llamamos existencia. Nunca sabes qué puede pasar. Así que, como bien dices, lo mejor es dejarse llevar tranquilamente por los derroteros a los que nos encaminan las circunstancias y recibir las sorpresas con los brazos abiertos, aunque éstas no sean muy buenas a veces.

Adoro tu forma de escribir y las ideas que proyectas. Y no es peloteo, sino pura realidad.

Un beso, ¡artihtaa!!!

Anónimo dijo...

yo soy sembradora profesional y, además, tengo un invernadero en casa donde planto posts q, a la vez, esparcen sus comentarios y pensamientos sobre lo q soy y como lo expreso....

soy agricultora :-)

ssk amore