viernes, 20 de julio de 2007

Citius, Altius, Fortius

Hoy he despertado con la misma ansiedad de todos los día, vaya día me queda por delante … Multitud de trabajo atrasado (eso es un tópico en toda empresa), los quehaceres de un hogar cualquiera (algo que se acrecienta y resulta más pesado si cabe para alguien que como yo vive solo), las pequeñas cosas pendientes (si leer esto, si llamar a tal amigo que no sabes nada de él desde hace meses …), los “grandes” proyectos (todas esas cosas que siempre nos decimos “mañana empiezo”, o para los más esquemáticos “el lunes empiezo”).

¿Y el tiempo para uno mismo? Eso que llamamos perder el tiempo o vaguear … Este tiempo normalmente lo ocupamos en vegetar en el sofá mientras hacemos como que vemos algún programucho de la tele. ¿Pero eso es dedicarnos tiempo a nosotros mismos? Salir con los amigos es salir con los amigos, divertirse y desconectar, tampoco es eso. Todos necesitamos un pequeño remanso de paz espiritual de vez en cuando, un tiempo para simplemente disfrutar del paso de los segundos. Los mejores lugares para esto es estar en un entorno natural, bien sea la playa, la montaña, un parque, un simple jardín ... Un lugar donde nos hagamos concientes de lo bien que nos sentimos, quizás cerrando por ejemplo los ojos descubriendo nuestro rostro al sol mientras nos baña con sus candorosos rayos (quizás no es el mejor ejemplo para los meses de julio-agosto). La felicidad siempre está en las pequeñas cosas, en los pequeños detalles. ¿Qué nos hace más felices de nuestra pareja? ¿Qué nos sorprenda un día esporádico con una escapada de fin de semana, o bien que sin nosotros pedirlo siempre nos de un masajito en el cuello como a nosotros nos gusta? Lo que nos gusta de él, o ella, es eso y no los fuegos artificiales … Que nos sirva con una sonrisa el café recién hecho por las mañanas o descubrirlo mirándote fijamente con una sonrisa, en silencio, en medio de una reunión de amigos … Pequeños detalles que nos hacen felices. Seguro que sabes a lo que me refiero y se te ha venido algún que otro recuerdillo a la mente.

El tan en boga lema olímpico de “Más rápido, más alto, más fuerte” está muy bien para aspirar a más, de progresar en la vida y el trabajo … Pero no siempre hay que mantener esa actitud, hay momentos de relajación en los que simplemente debemos estar atentos a una cosa, a ser “simplemente felices” y no preocuparnos de si somos más felices o menos que el de al lado.

Siempre he pensado que no hay nada más atractivo que alguien feliz y sonriente, alguien a quien le brillen los ojos de ilusión como a Shin Chan. Por alguien así uno puede llegar a perderse …

2 comentarios:

Zurab dijo...

hace unos días mantuve una acalorada discusión con unos amigos de que si los seres humanos somos animales o no... sigo insistiendo de que no podemos ser animales por lo mismo, porque somos capaces de sentir...sentir sobre todo la felicidad...detalles, pequeños detalles...el que se levante a las seis de la mañana para desayunar contido, aunque tenga el día libre... o que descubras en el medio de la noche que te esta abrazando...o...tantos detalles... y tal vez en algo sí seamos animales... somos gregarios, necesitamos estas acompañados aunque también necesitemos días como el que describes para estar con nosotros mismos, nuestro propio tiempo, sea para lo que sea...hagamos lo que hagamos...¿esconderse? tal vez ¿desconectar?...eso también puede ser...da igual como se llame, es el tiempo para uno mismo...pero aun así luego siempre volvemos a la "manada"...
...que pases un buen domingo...

Anónimo dijo...

para mi, lo q importa son los pequeños detalles...

una escapada sorpresa quizás sea menos impactante para mi q unas rosas rojas con una nota y unas frases de amor antes de apagar la luz (pq la consecuencia de eso serían besos, abrazos y palabras de las q se marcan a fuego en el pecho), ya sabes como soy...

me gusta lo pequeño, lo q hace q las cosas conviertan en grande el cariño/amor entre dos personas. ya sea en una pareja o entre amigos.

tuya ;-)