Por qué he de dejar de ser un niño bueno
“Por mucho que te esfuerces no puedes ser malo. Eres una de las personas más carentes de maldad que conozco. Pero ser tan bueno no es bueno, en la vida hay que tener más malicia” Esa fue la frase, la lúcida frase, con la que un chaval de 21-22 años me dejó sin habla hace un par de días. El buen amigo Carlos se refería a mí, bueno es más bien un compañero de trabajo. Yo soy un cargo superior en su empresa y unos cuantos añitos mayor que él. Todo de muy buen rollo y con el mayor de los aprecios, es bonito que personas de tu equipo piensen así de uno. Algo que otra compañera corroboró en ese mismo momento con un gesto afirmativo ... Mi pequeño equipo de trabajo de una decena de personas, ese con el que llevo poco más de un mes ya me han adoptado con cariño y me animan con la frase de “estamos contigo”, es más, le añaden un diminutivo afectuoso a mi nombre siempre que se dirigen a mí. Es gracioso ... Supongo que los problemillas en el curro unen.
Y cuantas veces he oído eso de que tengo carita de bueno, tantas que ya me resulta molesto.
Hoy un amigo me ha dicho de venir a mi casa a pasar el fin de semana. Él, un noviete y una amiga ... A lo cual he contestado que él ya sabe que puede quedarse tantas veces quiera y el tiempo que quiera, pero que lo siento, no me hace mucha gracia meter gente que no conozco en mi casa. Su contestación fue: “¿Ni siquiera para ducharnos allí? Ya dormiremos en la playa. No voy a dejar a mi noviete y mi amiga tirados”. Este fin de semana dan lluvias, y estaría dispuesto a admitirles a él y a su chico. Pero paso de más extraños en casa. En anteriores ocasiones he dejado que se queden amigos de mis amigos, pero eso se acabó. Me siento ya como un tonto ¿realmente harían lo mismo conmigo estas personas a las que ofrezco mi hospitalidad? Y no lo digo por mis amigos, que sé que me quieren, lo digo por esas personas que no conozco y que después es más que probable no vuelva a ver nunca más ... ¿Harían lo mismo por mí? ¿Demostrarían esa hospitalidad conmigo? Los tiempos han cambiado mucho y los niveles de educación han caído en bolsa, no es un valor apreciado hoy en día. Ya me he sentido en más de una ocasión como un tonto al ver el “morro” que le echan algunos extraños en casas ajenas. Lo siento por mi amigo, pero ¿quién lo siente por mí?
Hay dos frases que me rondan la cabeza desde hace meses, dos posturas ante la vida que antes no compartía o no era conciente de ellas pero que la experiencia (o por lo menos las últimas experiencias) me han demostrado como ciertas:
“Si te comportas como un trapo te tratarán como un trapo”
“No pienso esforzarme por nadie si ese alguien no se esfuerza por mí”
Aunque podemos resumirlo en una palabra: Autoestima. Todo está en un serio problema de amor propio. Hay que quererse para que los demás puedan quererte, y dar las cosas con el valor que es justo. No regalar, dar a cambio de ... Dar cariño a cambio de cariño. Dar a quien lo merece, a quien se lo haya ganado. ¿Es egoísmo? Es más auto proteccionismo.
Como bien dice el amigo Carlos, hay que tener un poco de malicia, un poco de picardía y ser inteligentes a la hora de dar y a la hora de recibir. Demostrar un poco de inteligencia social, hacerse querer pero haciéndose respetar a su vez. Ser generosos, sí, pero poco a poco ...
1 comentario:
el día que cambies, el día que tengas toda esa malicia y egoísmo, dejarás de ser tú...por favor no lo hagas!!!....sigue siendo el mismo, aunque tengas que cambiar algunas cosas, pero más bien con respecto a otras personas, no para todos en general, pero no pierdas esa bondad, porque el día que lo hagas, te dejarás llevar por la corriente... no eres tú, son ellos...
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